domingo, 26 de junio de 2011

250 West 57th Street - Suite 2303 - New York, NY - 10107 - USA






Entonces me dejó entrar y yo entré. Estaba muy mojada y tenía frío pero allí se estaba caliente y tranquilo. Se escuchaba la tele.


La casa estaba muy desordenada. Las cosas en las estanterías no seguían un orden preciso, y había algunas cosas que tenían la etiqueta hacia la pared, o cosas que tapaban a otras cosas y no se veían bien. Había maquetas de robots y libros. En el suelo y en el sofá se encontraban tiradas las siguientes prendas de ropa:

  • Una camiseta morada de manga corta. Ponía: DALEY's service center. 638-220.
  • Una chaqueta de chándal azul marino descolorida.
  • Unos pantalones de camuflaje también azules.
  • Un sujetador color marrón. (Altamente desconcertante.)
Anduve por toda la casa y así hice un mapa mental de cómo era. Había una cocina, un salón de estar, dos dormitorios (en sólo uno la cama estaba hecha), una estancia con ordenadores y consolas, y un baño muy pequeño. Regresé al salón de estar y me senté en el sofá. El sofá tenía el respaldo de color beige pero los cojines estaban forrados de una tela azul y negra con estampado de flores. En frente del sofá, había una mesa bajita y pequeña, que tenía un borde marrón de madera y en el centro un vidrio de cristal que era opaco así que no se veía nada de lo de abajo, pero después miré y sólo había revistas sobre videojuegos.


Él llevaba puesta en aquel momento una camiseta azul oscuro. En la camiseta había estampada la figura de un muchacho joven con pelo plateado y ojos rojos fucsias. El personaje llevaba una armadura negra y morada y una espada cuya punta acababa en color rojo. Bajo el estampado había un nombre, ponía "Oswald" en letras azules y blancas y rocambolescas. No sabía cuál era su nombre, así que decidí que me referiría a él con Oswald, como ponía en su camiseta.


Oswald había bajado la televisión a un volumen de aproximadamente 2 barritas de sonido mientras yo estaba explorando su casa. En la televisión estaba puesto un canal de vídeos musicales. En el mueble bajo la televisión había tres cajones color marrón claro y uno de ellos no tenía picaporte.
Entonces él me dió unas galletas y agua. Eran galletas de crema y estaban rodeadas de una cobertura de chocolate blanco. Estaban ricas, pero no mucho, preferiría mis galletas normales de chocolate y glaseado de naranja por dentro. Oswald era muy bueno, pero parecía nervioso, porque respiraba muy fuerte, la verdad es que no sabía muy bien lo que significaba. La lluvia estaba escampando pero todavía hacía mucho viento. 


Mientras estaba comiendo las galletas me fijé en que encima de la mesa pequeña había una fotografía en un marco color verde oscuro. En ésa fotografía había dos personas: 

  1. Oswald, que llevaba una camisa a cuadros naranja y roja y tenía el pelo mojado. Le estaba pasando la mano por el hombro a una chica.
  2. Una chica. La chica era pelirroja y llevaba unas gafas de sol en la cabeza, pero no puestas en los ojos. Tenía puesta una camiseta blanca de tirantes y un colgante de un corazón plateado. Tenía la cabeza apoyada en Oswald.
Oswald se sentó a mi lado y me miró comer y sonrió. Entonces dijo:

   - Voy a llamar a la policía.

Y yo contesté:

   - ¿Por qué?

Y él respondió:

   - Para que te lleven de vuelta con tus papás.

Yo no quería volver con Padre. Desde que Madre murió, se volvió malo y me pegaba y estaba todo el rato viendo la tele y en el trabajo con su furgoneta. Entonces dije:

   - No quiero ir.

Y él se sorprendió y dijo:

   - ¿Por qué no?

Y yo volví a responder:

   - Porque Madre está muerta y Padre es malo.

Entonces me miró y miró al suelo y luego volvió a mirarme otra vez y hubo silencio. Entonces se puso a jugar con un lápiz que había en la mesa y me dijo:

   - Mi padre también es malo.

Y luego de eso cogí la foto del marco y la enseñé a Oswald. Y después volví a mirarla. El marco tenía una textura áspera como intentando imitar la madera pero no era madera. No me gustó mucho el marco pero en la foto los dos salían contentos.

   - ¿La chica del pelo rojo es la que quieres?

Oswald me miró muy confuso y después me miró a mí. Era como la cara que yo hacía cuando sonaban ruidos fuertes y no sabía de dónde venían. Pensé que no me había entendido, porque yo no soy buena en charlar, así que yo hice un gesto de entrelazar los dedos con mis manos. Y añadí:

   - Cuando Madre seguía viva me decía que cuando dos personas se querían se daban besos y abrazos. Pero a mí no me gustan los besos ni abrazos así que entrelazábamos los dedos y así me decía que me quería.

Entonces Oswald cogió la foto y la miró. Estaba triste y la miró durante mucho tiempo mientras yo comía. Suspiraba y respiraba muy fuerte. Y contestó:

   - La quiero muchísimo.

Y entonces supe que el sujetador marrón era de la chica de pelo rojo. Y entonces pregunté:

   - ¿Y dónde está?

Oswald intentó hablar pero le costó mucho y tardó mucho en hablar. A lo mejor estaba triste porque la chica pelirroja estaba muerta, como Madre. Pero entonces me dijo:

   - Ella ya no me quiere.

Y yo pregunté:

   - ¿Por qué?

Y Oswald se puso más preocupado todavía y yo pensé que no sería buena idea seguir haciéndole preguntas porque se podría poner más triste, y yo cuando estoy triste no quiero que nadie me hable y quiero estar sola.

   - Por el amor de Dios, Callie. - entonces entornó los ojos. - Yo qué coño sé. Le gusta otro mejor que yo.

La diferencia entre Oswald y Padre es que Oswald podía decir cosas como palabrotas o cosas que decía Padre y no me molestaban porque eran en voz baja, pero Padre gritaba mucho y éso me irritaba y yo me ponía las manos en las orejas. Pero Oswald no estaba enfadado, estaba triste porque la chica de pelo rojo le había hecho sentir mal al irse con otra persona en vez de con él, porque eso significaba que había alguien que valía más la pena que él. Entonces le dije:

   - Cuenta hasta 50 elevando cada número al cuadrado.

   - ¿Por qué?

   - A mí me tranquiliza cuando estoy nerviosa.

   - Callie, olvídalo.

Entendí que él no era como yo y le gustaban otras cosas, que había otras cosas que le ponían contento y tranquilo tanto como a mí los números. Pero igualmente no habría cosa que le tranquilizase más que volviese la chica pelirroja, porque ninguna cosa tiene el mismo exponente de felicidad aunque lo hagas infinitas veces. Por ejemplo: Pongamos que que la chica vuelva a quererle daría 100000 puntos de felicidad, y jugar al Buscaminas daría 500. Oswald tendría que pasarse mucho tiempo jugando al Buscaminas o haciendo cosas que le gustan y que sumasen puntos de felicidad para recuperarse de estar triste, pero la cosa que más subiría sería la chica.


Y entonces le acerqué la palma de mi mano para que entrelazase sus dedos en ella.

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