lunes, 31 de enero de 2011

3 AM


































En aquellas ocasiones, Abby volvía a casa a altas horas de la noche. El ruido retintineante de sus llaves abriendo la puerta advertía de su llegada, aunque de poco servía. Cuando entraba, siempre se encontraba un montón de ropa desparramada en el suelo, una hilera de prendas que creaba un camino hacia la habitación, el cual a la joven siempre le despertaba una curiosidad incontenible. Se imaginaba a qué venía todo éso. 

Había veces que simplemente subía las escaleras hacia su cuarto y se echaba a dormir, ignorando los ruidos o golpes que pudiese escuchar, o incluso sonidos que su propia imaginación creaba a partir de sus pensamientos. Otras veces... El sueño no la invadía, y permanecía frente a la puerta durante largos ratos, mientras su mente debatía en adivinar qué estarían haciendo. Abby tenía esos aires curiosos e infantiles, que adornaban de soplos de ingenuidad cualquier pensamiento obsceno que pudiese tener en aquel momento. Si alguien fuese capaz de leerle la mente, no pensaría que fuese una pervertida que quería espiar deliberadamente a su compañero, sino una simple niña, explorando lo que ocurre a su alrededor.

A veces tenía la impresión que Wallace sabía que ella se moría de curiosidad por saber acerca de su modus operandi, en realidad no era tan difícil de ver en sus ojos. Aun así, se conformaba con rozar el frío pomo de la puerta en la madrugada, el que supuestamente él había tocado para abrir la puerta torpemente un rato antes, quizás sin despegar sus labios de... quien fuese, y subir a su habitación para acostarse, con una sonrisa a la que ni ella le encontraba sentido.

2 comentarios:

  1. Reen sin ganas de conectarse (again)1 de febrero de 2011, 6:33

    Oh dios, cómo mola!
    Me encanta cómo escribes, Rairuuu ;_;
    A ver si me aplico el cuento y me pongo a escribir yo también algún drabble D:

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  2. *-* Dios, pero como mola, me ha encantado <3!

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